Siempre hay que tener presente que esta historia tiene su propia épica: los primeros colonizadores no eran precisamente un lechado de virtudes. Más bien aventureros que, en el mejor de los casos, buscaban nuevas tierras para escapar de sus propias acciones contra las leyes monárquicas.
| noviembre 17, 2016
Desde la creación de las primeras poblaciones por parte de los europeos en nuestro istmo, la historia de Panamá con ese continente, en especial con España ha sido controversial, interesante, rica, poderosa y hasta trágica.
Y es que en este ultimo punto, hay que reconocer que desde el 1500, la población indígena de nuestras tierras desciende durante los siguientes 150 años casi a una décima parte de su población. Los colonos, mas presa de sus propios miedos y de la experiencia de desgarradoras guerras con sus vecinos del viejo continente, no estaban dispuestos a jugarse la vida tan fácilmente, sobre todo luego de viajes tan largos y difíciles, por no decir mortales.
La experiencia fue cambiando y finalmente se concibe desde España a un istmo de Panamá como lo que es hoy: un centro logístico. Panamá se convierte en el centro del comercio entre las Indias y el viejo continente, en el centro de la exploración de Sur y Norte America, en la aduana donde se cuenta la riqueza que sustentaría el poder del creciente imperio Español: ese donde nunca se ponía el sol.
Siempre hay que tener presente que esta historia tiene su propia épica: los primeros colonizadores no eran precisamente un lechado de virtudes. Más bien aventureros que, en el mejor de los casos, buscaban nuevas tierras para escapar de sus propias acciones contra las leyes monárquicas.
Pero luego llega Pedro Arias Dávila y su expedición de intelectuales, religiosos, científicos, conocedores de lo que querían hacer. Se llega a Perú. Se llega a México. Crece el imperio. Se establece Portobelo.
Panamá y su historia con España. Grande, rica y controversial
