El presidente estadounidense se reunirá con el francés Hollande en la Casa Blanca sin alternativas a la estrategia actual
| noviembre 22, 2015
El demócrata Obama, un político que ha construido su carrera con discursos memorables y una retórica de altos vuelos, ha optado por una reacción en sordina a los ataques de París. El tono contrasta con el de Hollande, que describió los ataques como un acto de guerra, y con los discursos combativos de algunos candidatos a sucederle, como la demócrata Hillary Clinton o el republicano Jeb Bush.
Obama pide paciencia. Duda de que primera potencia mundial pueda resolver sola y a golpe de bombas una guerra civil, la de Siria, que estalló en 2011, y afrontar una fenómeno, el terrorismo yihadista, cuyas causas escapan a cualquier esquematismo. Es escéptico ante una colaboración con la Rusia de Vladímir Putin, que ya bombardea en Siria. Cree que 14 años de guerras inconclusas en Irak y Afganistán deberían ser prueba suficiente para pensárselo bien antes de intensificar la implicación en Oriente Próximo.
“Es muy fácil destruir al ISIS [siglas inglesas del Estado Islámico]. Sabemos precisamente como hacerlo”, dice Jeremy Shapiro, que trabajó en el equipo de planificación política del Departamento de Estado y ahora es miembro del laboratorio de ideas Brookings Institution. “Podemos bombardearlos y enviar tropas. Podemos tomar de nuevo Mosul, Raqa, Faluja y Ramadi”, añade, en alusión a ciudades de Irak y Siria que el ISIS ha conquistado. “Ya tomamos Faluja, Ramadi y Mosul tres veces en el pasado. A estas alturas sabemos hacerlo. Pero, ¿para qué?”
Según Shapiro el ISIS, o un grupo similar podría volver al cabo de dos o tres años, como ocurrió tras la retirada de EE UU de Irak en 2011. Cuatro años después, los yihadistas ocupan parte del país y de la vecina Siria.
"Ni los bombardeos ni las tropas terrestres responden realmente al problema", dice. "El problema no es que nos falte la voluntad política o que nos falten recursos: el problema es que no tenemos la solución".
Shapiro sostiene que el problema deben resolverlo los actores locales. Cualquier intento de sustituirlos, de imponer la solución desde fuera, sólo lo empeorará. “Y es por eso por lo que la posición de la Administración Obama es un esfuerzo para hacer lo suficiente para contener el problema pero no tanto como para quitarles a los actores locales la responsabilidad de abordar ellos el problema”, dice.