El Tapón del Darién, un paraíso binacional con un turismo fantástico


Es la frontera terrestre entre Colombia y Panamá, un destino obligado para quienes gustan del turismo cargado de aventura y descanso.


Noticia Radio Panamá | El Tapón del Darién, un paraíso binacional con un turismo fantástico

| octubre 17, 2016


La zona limítrofe entre Panamá y Colombia es una región selvática de 266 Km conocida como el Tapón del Darién que ha sido guarida de cimarrones, bucaneros y desde la época de la guerra de los mil días (finales del  siglo XIX) la ruta predilecta  para el trasiego de armas, contrabando y narcotráfico.

Esta línea fronteriza en tiempos recientes ha tenido muchos problemas que encienden las alarmas de los dos países y que este año llevaron al Gobierno del presidente Juan Carlos Varela a cerrarla, porque indocumentados provenientes de varios países y que pretenden llegar a los Estados Unidos  la consideran una ruta fácil para no ser rastreados por las autoridades.

 Otras situaciones críticas que han hecho difícil la situación para los indígenas, los pobladores de la región y los  gobiernos  es la presencia de grupos paramilitares, guerrilleros y  bandas emergentes de Colombia que la han azotado  de manera violenta. Y como si esto fuera poco, miles de colonizadores desde hace más de una década han llegado a la zona para dedicarse a la minería ilegal y a la tala indiscriminada de árboles, sobre todo en la zona colombiana.

Durante muchos años y en varios gobiernos de los dos países se ha planteado la construcción de una vía que conecte la carretera Panamericana para unir a Suramérica con Centroamérica, pero ha encontrado frecuente oposición de naturalistas y ecologistas. Ellos consideran que este camino contribuiría al deterioro ambiental, la contaminación de la zona, la destrucción de la selva y la desaparición de los aborígenes, entre otros males.

Pero no todo es negativo. Si bien es cierto que el Tapón del Darién y sus problemas dividen a los dos países, hay un lugar majestuoso, paradisiaco, mágico  e idílico que une a  panameños y colombianos: La Miel.

La Miel es una población panameña incrustada en la zona selvática que les brinda a los viajeros la magia del mar, la exuberancia de la selva y el encantamiento de historias extraordinarias.

Para los colombianos que disfrutan del turismo ambiental La Miel es un lugar considerado como destino obligado para visitar en época de vacaciones por la belleza natural y de su gente que los hace sentir como en casa.

Esta  hermosa población panameña esta frente al Cabo Tiburón que fue  descubierto por Cristóbal Colón en su último viaje y ha permitido que la imaginación de los lugareños sea tan vasta que le narran a los turistas durante el recorrido marítimo y terrestre  toda clase de historias como la gran riqueza escondida en las entrañas del cabo, la lucha sin cuartel entre los piratas y bucaneros que enterraron allí sus riquezas o también sobre de la presencia de grandes tiburones asesinos que aparecen de la nada.

La Miel es como una cajita de sorpresas, tiene la mejor playa del lugar donde los turistas descansan y se relajan con el sonido del mar, la claridad del océano y la frescura de la arena. Se trata de playa Blanca, la cual recibe los fines de semana a cientos de turistas propios y extranjeros. Además de su belleza natural, los lugareños la califican como un sitio seguro en donde los visitantes pueden dejar sus pertenencias sin temor para disfrutar de este paraíso.

Pero los visitantes no pueden dejar pasar, caminar y disfrutar el turismo ‘salvaje’ o de ecosistema que ofrece la selva del Tapón del Darién. 

Los senderos fronterizos de la manigua del Darién le ofrecen a los foráneos el placer de conocer la fauna y la flora únicas, el clima húmedo de la selva y la maravilla de ríos que circundan la zona.

Además de la preciosidad y encantamiento de la naturaleza que le entrega La Miel al colombiano, éste se siente identificado con su gente, porque son panameños trabajadores y alegres. Sus días transcurren en la pesca, el turismo y el comercio.  El acento de estos pobladores afrodescendientes hace que el colombiano lo relacione con el costeño de su país, quienes también gozan del buen vallenato y de comidas de este hermano pueblo.

Por todo esto un gran destino para los colombianos en Panamá es la Miel, un poblado que tiene el dulce, la brisa, la playa y el don de gentes que los empalaga para quedarse, recomendarlo o sencillamente para volver.

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