Alvarado pidió a la FIFA que «imponga sanciones severas por el bien de las eliminatorias de nuestra región y para vetar el Estadio Cuscatlán», dice la nota de la Federación.
| junio 25, 2008
Según indicó la noche del martes en un comunicado el presidente de la Federación panameña de fútbol, Ariel Alvarado, "nos sentimos víctimas y agredidos por la Federación salvadoreña y su público así como del propio árbitro del partido, el mexicano Marco Antonio Rodríguez".
Alvarado pidió a la FIFA que "imponga sanciones severas por el bien de las eliminatorias de nuestra región y para vetar el Estadio Cuscatlán", dice la nota de la Federación.
"Jamás podía pensar que en un país civilizado haya gente que no sabe diferenciar que el fútbol es una fiesta para hermanar a los pueblos, pero que se convirtió en un constante maltrato dentro y fuera de la cancha. El juego limpio (fair play) jamás existió, ni por parte de los fanáticos, ni por los jugadores salvadoreños, árbitros, ni por parte de la propia Federación Salvadoreña de Fútbol", agrega.
La Federación panameña también denuncia la actitud del público salvadoreño "al momento de entonar el himno nacional de Panamá" y el hecho de que el jugador salvadoreño Pacheco "cuando se le entregó una banderita nacional en el saludo de protocolo", la "tiró al suelo".
La denuncia asimismo habla de "bolsas de agua y orina y botellazos que lanzaban los fanáticos a nuestros jugadores cada vez que había un saque de banda, el golpe directo de un botellazo recibido por nuestro portero Jaime Penedo ante la también pasividad del árbitro Rodríguez, que no hacía nada ante la agresión del público".
Panamá cayó ante El Salvador por 3-1 el domingo último en el estadio Cuscatlán por la segunda ronda de las eliminatorias de la Concacaf y se quedó sin posibilidades de seguir peleando por un lugar en el mundial de Sudáfrica-2010.