El mandatario está en desacuerdo con la Conferencia Episcopal Venezolana que lo acusó de marginar a sus adversarios a través de una nueva ley que le permitió tomar el control de aeropuertos y puertos marítimos anteriormente bajo la administración de políticos de oposición.
| abril 8, 2009
CARACAS – El presidente Hugo Chávez criticó el martes a los jerarcas de la Iglesia católica venezolana que condenaron una ley que, según la oposición, le permite acumular más poder y debilita a sus adversarios políticos en las regiones.
El mandatario está en desacuerdo con la Conferencia Episcopal Venezolana que lo acusó de marginar a sus adversarios a través de una nueva ley que le permitió tomar el control de aeropuertos y puertos marítimos anteriormente bajo la administración de políticos de oposición.
"A mi lo que me da ya es lástima por el nivel de degradación a la que han caído esos obispos", dijo Chávez en una entrevista telefónica difundida por la estatal Venezolana de Televisión, luego de su arribo a China, última escala de una gira que lo llevó a Qatar, Irán y Japón.
Además fustigo al cardenal Jorge Urosa Savino por "ponerse de lado de los que atacan al gobierno".
"Perdónalos, Señor, que no saben lo que hacen", agregó el líder izquierdista, citando la Biblia.
Los críticos del gobernante argumentan que la referida ley –aprobada en marzo por la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo– limita el poder de los gobernadores de oposición mediante la reducción de la autoridad estatal y la privación de fuentes de ingresos propios.
La reforma de la ley de descentralización le abrió el camino al Ejecutivo para intervenir las autopistas, puertos y aeropuertos.
Apoyado en esa regulación Chávez ordenó la toma de los puertos y aeropuertos de los estados Zulia, Carabobo y Nueva Esparta, en manos de gobernadores opositores, quienes denunciaron que la medida viola la Constitución y busca limitarlos financieramente.
En una declaración emitida al comienzo de la Semana Santa, los obispos criticaron fuertemente lo que llamaron "la creciente concentración de poder en el Ejecutivo, lo cual deteriora el Estado de Derecho, despoja a las instancias nacionales, regionales y municipales de su legítima autonomía y pone en grave riesgo de colapso el sistema democrático".
Chávez negó las acusaciones y afirmó que "esos curas que así hablan representan los más retrogrado del pensamiento humano de todos los siglos. Esos son los de la inquisición, de las oscuranas, de la extrema derecha. Los que han apoyado muchas veces dictaduras terribles. Los (que) estuvieron y han estado al poder de la mampara (del lado) de las burguesías del mundo".
Añadió que la Conferencia Episcopal "no representa la voluntad de la feligresía" y que los obispos se equivocan cuando afirman que el paraíso está en los cielos. "Aquí estamos construyendo el reino (de Jesucristo), y ese reino es el socialismo", acotó.
Desde que asumió el cargo en 1999, Chávez se ha enfrentado en repetidas ocasiones con la jerarquía católica.
