EE.UU, Brasil y México mantienen contradicciones ante el avance de la pandemia

Internacional

Decisiones que chocan con las estadísticas, discursos presidenciales que se desdicen al día siguiente y hechos que derrumban el optimismo son una muestra de las frecuentes contradicciones en América frente a la pandemia, de las que EE.UU., México y Brasil protagonizaron este miércoles un nuevo capítulo.

Los crecientes números de contagios y de muertes se han venido enfrentando con el esfuerzo por acelerar la reapertura económica en un continente en el que la pandemia, con alrededor de 1,5 millones de casos, podría superar a Europa, que reporta 1,59 millones, y convertirse en las próximas semanas en el territorio más afectado por el COVID-19.

Pese a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer su intención de desmantelar su equipo de respuesta al COVID-19 y distribuir sus tareas en diferentes agencias federales, este miércoles afirmó que su equipo se mantendrá "indefinidamente", con el foco centrado en la seguridad y la apertura económica.

Además, el mandatario, que ha venido presionando por la reapertura económica, admitió hoy que la pandemia es "peor" que el ataque contra Pearl Harbor y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. No por ello, dejó de insistir en la necesidad de una apertura gradual de la economía, ya que un confinamiento indefinido "no es sostenible".

Las cifras en el país, el más afectado por el COVID-19, siguen subiendo, al reportar ya más de 1,2 millones de casos confirmados y alrededor de 71.000 muertes, mientras varios de los estados avanzan en la reactivación económica.

En Florida, los contagios de coronavirus se incrementaron en 563 en las últimas 24 horas hasta llegar a 38.002, de los cuales 1.539 han sido mortales, según informaron las autoridades de salud de un estado donde ya se inició el plan de reapertura tras un mes de confinamiento.

Y en el estado de Nueva York, el epicentro mundial de la pandemia, con más de 320.000 casos confirmados y unos 25.000 muertos, el gobernador Andrew Cuomo subrayó la importancia de la "protección" y el "comportamiento personal" tras reportarse un descenso en los nuevos contagios.

Mientras el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien se niega a aceptar la gravedad del COVID-19, acusó al exjuez Sergio Moro de filtrar informaciones sigilosas a la prensa, y bromea sobre los resultados de sus análisis, este miércoles el portavoz de la Presidencia brasileña, el general Otávio Rego Barros, dio positivo al COVID-19.

El funcionario, de 59 años, se encuentra en su domicilio, donde permanecerá en cuarentena, su estado de salud es "bueno" y tiene síntomas "leves" de la enfermedad", explicaron a Efe fuentes de su equipo en la Presidencia.

Y en medio del caos, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció el bloqueo de algunas zonas de la ciudad a partir del jueves debido a la indisciplina de los ciudadanos, que vienen irrespetando cada vez más el confinamiento social decretado por las autoridades.

México llegó a su semana más crítica de contagios con más de 26.000 casos y 2.507 muertes y comienza a enfrentar saturación en algunos hospitales mientras que algunos crematorios se han visto ya rebasados.

Pese a ello, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que el país cuenta con la infraestructura necesaria para afrontar la pandemia, que llegó a México el 28 de febrero. "No hemos sido rebasados", sostiene el líder mexicano.

A las dudas sobre la capacidad del sistema se sumaron este miércoles las inquietudes de expertos y activistas sobre las cifras oficiales de casos de COVID-19 en las cárceles ya que consideran que son más de los 92 contagios confirmados. EFE