BUENOS AIRES (Reuters) – Miles de argentinos desfilaban el miércoles por el Congreso para despedir al ex presidente Raúl Alfonsín, emblema del retorno de la democracia hace un cuarto de siglo, quien murió a los 82 años afectado por un cáncer de pulmón.
| abril 1, 2009
BUENOS AIRES (Reuters) – Miles de argentinos desfilaban el miércoles por el Congreso para despedir al ex presidente Raúl Alfonsín, emblema del retorno de la democracia hace un cuarto de siglo, quien murió a los 82 años afectado por un cáncer de pulmón.
Su deceso, el martes por la noche, fue lamentado por jefes de Estado extranjeros y el arco político local completo. La televisión ocupaba prácticamente toda su programación con la ceremonia fúnebre del hombre cuyo Gobierno, entre 1983 y 1989, marcó el final de una larga saga de dictaduras militares.
Los restos de Alfonsín, que pese a su salida anticipada del poder en medio de un caos económico es reivindicado casi sin disidencias por su espíritu demócrata, son velados públicamente en un salón del Senado y con custodia de granaderos.
Por la tarde, y tras siete horas de cortejo, gruesas columnas de ciudadanos seguían marchando en forma ordenada y silenciosa frente a las puertas del Congreso, que tenía su bandera a media asta. Las principales calles y avenidas de acceso permanecían cerradas para permitir el paso de la gente.
La afluencia masiva de la población transformó a las exequias de Alfonsín en las más populares para una figura política argentina desde la muerte del legendario líder Juan Perón en 1974. Las autoridades del Congreso decidieron postergar hasta el jueves el velatorio.
El Gobierno decretó tres días de duelo nacional y la presidenta Cristina Fernández decidió adelantar su regreso al país desde la cumbre del G20 que se realiza en Londres a la mañana del viernes par acompañar a la familia, según informó la agencia estatal de noticias.
Líderes políticos de su partido, la centrista Unión Cívica Radical, y de fuerzas rivales saludaron a familiares de Alfonsín, quien falleció complicado por una neumonía.
Luego de conocerse su deceso, miles de personas se congregaron espontáneamente frente a su casa en Buenos Aires.
"Después de (el ex presidente) Hipólito (Yrigoyen), después de Perón, de Eva, el cuarto es él. No hay un quinto para el póker en la Argentina del siglo pasado. No hay, es una figura muy grande. Me parecía tan inmenso el personaje, con un carisma excepcional", dijo el ex mandatario Eduardo Duhalde.
