Un reciente estudio publicado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, bajo el nombre "Consumo de vino: hacia donde vamos", reveló que en Argentina se consumen al año 8.449 hectolitros de vino por año, lo que coloca al país en el décimo lugar en el mundo, aunque lejos del lugar que solía ocupar años atrás.
El documento incorpora varios conceptos que sirven para relativizar algunos conceptos arraigados sobre el mundo del vino.
Uno de ellos es que la industria vitivinícola global se caracteriza “por contar con un número creciente de países consumidores, productores, importadores y exportadores” y que “el entramado cada vez más complejo de la estructura de los mercados del vino requiere entender si existen patrones identificables que permitan inferir el futuro de la principal variable del mercado, el consumo, en un mundo cada vez más globalizado”.
Por otra parte, los principales consumidores de bebidas alcohólicas presentan dos características bien definidas: Menor nivel de consumo de alcohol, es decir, una tendencia claramente decreciente de la ingesta de bebidas alcohólicas y consumos cada vez más similares entre países.
Así, se replica en todo el mundo lo que para algunos era algo así como la desgracia argentina: caída secular del consumo con un up grade en la calidad de lo que se consume.