Se archiva investigación sobre foco de Covid-19 en los Alpes de Austria

Internacional

La investigación abierta para determinar posibles responsabilidades penales en la formación de un foco de contaminación de covid-19 en los Alpes austríacos en marzo de 2020 fue archivada, informó a la AFP la fiscalía de Innsbruck el miércoles. 

"No habrá cargos" contra los cinco responsables, explicó el fiscal Hansjörg Mayr.  "No hay pruebas de que alguien haya hecho o no haya hecho algo que incrementara el riesgo de contagios", indicó el fiscal en un comunicado. 

Cinco funcionarios regionales fueron objeto de una investigación en el Tirol, para saber si podrían haber evitado la formación de un foco de contagio en las primeras etapas de la pandemia de coronavirus.

Esta decisión "no afecta" a las demandas civiles presentadas por una asociación de consumidores que reagrupa los procedimientos. El primer juicio comenzó en septiembre. Se registraron unas 15 denuncias. Más de 6.000 personas de 45 países afirman haber sido contaminadas en la estación de Ischgl o en sus alrededores por negligencia y gestión caótica. En total murieron 32 personas. 

Según un informe de expertos independientes, el 5 de marzo se hizo caso omiso de la primera alerta de Islandia sobre el regreso de viajeros contaminados con coronavirus provenientes de Ischgl.  Los esquiadores siguieron amontonándose en las cabinas teleféricas, mientras que por la noche los valles vivían de fiesta. 

"El 8 de marzo quedó claro que el personal turístico de Ischgl había contraído el virus, pero la reacción fue demasiado débil, demasiado lenta, demasiado tardía", denunciaba en el primer juicio uno de los abogados de la asociación de consumidores VSV que reagrupa los procedimientos. 

También considera que se hizo todo lo posible por minimizar la gravedad de la situación y permitir que la temporada continuara como si nada hubiera pasado, por temor a las repercusiones financieras para el "influyente" sector turístico en Tirol. 

Unos días más tarde, el canciller conservador Sebastian Kurz decretó un confinamiento local y pidió a miles de turistas que abandonaran el lugar en cuestión de horas, lo que según las víctimas y sus familiares habría precipitado la catástrofe.