Venezuela logra puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Internacional

CARACAS: La diplomacia de Nicolás Maduro se ha asegurado este jueves un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, justo en el momento en el que el régimen chavista recibe más acusaciones y críticas por violaciones sistemáticas a las garantías fundamentales de los ciudadanos. La votación en el organismo multilateral ha puesto de relieve que en el ajedrez internacional, el cuestionado Maduro, que juró en enero su cargo para un nuevo mandato pese a que las elecciones no fueron reconocidas por más de 50 países, tiene todavía piezas por mover.

Venezuela  y Brasil vencieron a Costa Rica en la pugna por los dos escaños latinoamericanos. El apoyo de China, Rusia, Cuba y miembros del Movimiento de Países No Alineados dio la victoria a Maduro para que sus representantes repitan en este puesto durante los próximos dos años. La candidatura recibió 105 votos en total.

Esta victoria para Maduro llega después de que la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, presentara un duro informe de su visita al país el pasado junio, en el que señala al Estado venezolano por ejecuciones extrajudiciales a manos de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Bolivariana, asesinatos durante las protestas contra el Gobierno, persecuciones a la oposición hay 24 diputados despojados de su inmunidad, dificultades para acceder a los alimentos y a los servicios de salud y el agravamiento de la crisis económica generada por la corrupción que, destacó, es previa a las sanciones impuestas por Estados Unidos, pero que podría empeorar por las mismas.

Analistas internacionales señalan que la presencia de Venezuela no evitará la vigilancia que pueda hacer el consejo a la situación en el país. De hecho, en 2018, cuando Maduro contaba con una silla en este organismo, se aprobó la primera resolución sobre el país caribeño, en la que se solicitó la realización de los informes escritos y orales que Bachelet concretó este año.

El visto bueno a la postulación de Venezuela al consejo ya había generado rechazo y la elección ha desatado una avalancha de críticas al organismo entre defensores de derechos humanos y dirigentes opositores, afines al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por más de 50 países. Julio Borges, expresidente de la Asamblea y encargado de las relaciones exteriores de Guaidó, aseguró que “el cerco a la dictadura” continuará.

Maduro, con el apoyo de Cuba, hipotecó todo para lograr un escaño en el Consejo de Derechos Humanos. Pero lo que no sabe es que esta maniobra no le servirá para ocultar sus crímenes.

El canciller, Jorge Arreaza, también reaccionó a la decisión: "Para evitar que haya mayores violaciones, que se sigan bloqueando y bombardeando países, allí estará Venezuela presente en el Consejo de Derechos Humanos para el período 2020-2022”.

Al mismo tiempo que se producía la votación en la ONU, el fiscal designado por el Parlamento paralelo afín a Maduro, Tarek William Saab, anunció que durante este jueves se excarcelarán a 24 presos políticos, lo que elevará a 222 los liberados por el Gobierno entre 2017 y 2019. Sin embargo, no dio detalles de quienes serán beneficiados con la libertad condicional. Según organizaciones como Foro Penal Venezolano, hay más de 400 detenidos por motivos políticos que todavía siguen tras las rejas, casi un tercio de ellos son militares.

 “Este gesto del Gobierno bolivariano es para que Venezuela marche por un camino de tranquilidad y se levanten las sanciones que tanto daño hacen al pueblo. Es un importante logro que Venezuela tenga una voz en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Nadie va a estar a favor de que se multipliquen las sanciones, ni que el TIAR [un tratado interamericano de asistencia militar], un instrumento anacrónico, venga a masacrar a Venezuela por encima del diálogo”, dijo Saab.

La gestión, aseguró, es fruto de la Mesa de Diálogo que instaló hace un mes el chavismo con un sector minoritario de la oposición y de forma paralela a las negociaciones que impulsó Noruega con representantes de Guaidó y Maduro. Esta nueva mesa también discutirá la elección de un nuevo Consejo Nacional Electoral, pero no la convocatoria de unos comicios presidenciales que zanjen la crisis institucional que se ha generado tras las elecciones fraudulentas en las que se reeligió Maduro y se juramentó Juan Guaidó como presidente interino. También pretende cambiar a los miembros del parlamento controlado por la oposición y que termina su período a finales de 2020.

Lo que puede ser interpretado como un respaldo a Maduro ocurre en un momento en el que la crisis política venezolana se ha estancado. A 10 meses del desafío lanzado por Guaidó, el líder de la oposición ha ido sumando apoyos internacionales que han generado un cerco diplomático al régimen de Maduro. En la Organización de Estados Americanos, donde Guaidó logró acreditar a Gustavo Tarre como su representante, Estados Unidos y el Grupo de Lima están entre sus principales aliados. Pero, después de la suspensión en agosto de las conversaciones promovidas por Noruega en Oslo y Barbados, el juego político en Venezuela se ha atascado.

Florantonia Singer: elpais.com