Moda sostenible en pro del reciclaje y reutilización

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La producción de ropa ha duplicado su suma de 50 mil millones de piezas en el año 2000 a 100 mil millones en 2015, según un estudio realizado por la Fundación Ellen McArthur. Sin embargo, su compra y uso se ha reducido a la mitad, según informes de “Time Out for Fashion” de Greenpeace.

 

La directora de Slow Fashion Next, plataforma que se dedica a formar profesionales en moda sostenible, Gema Gómez, mencionó que “si tuviéramos una camiseta fabricada al 100% en algodón o poliéster, la reciclaríamos sin problema”, siendo el poliéster uno de los materiales más usados en prendas con un 60% de uso es también uno de los que mayor contaminación marítima crea. "Al meterlo en la lavadora, desprende microplásticos que acaban en ríos y mares y de ahí entran en la cadena alimentaria” agregó Gómez.

 

Una de las maneras que han empleado los modistas en cuanto a la creación de prendas es el uso de tintes naturales en vez de químicos, reducir el consumo de agua y recurrir a fibras cultivadas sin pesticidas o herbicidas, como el algodón o el cáñamo. Prendas hechas de hojas de piña, faldas creadas a partir de cáscaras de naranja y zapatillas hechas con setas son algunas de las creaciones que mencionó Gómez que han sido aceptadas positivamente por la población española.

 

Para el reciclaje de prendas y telas, en España una de las fundaciones que activamente se dedica a la recolección de telas como parte de la Asociación Española de Recuperación Económica y Social (AERESS), es la Fundación Cáritas, quienes cuentan con una amplia red de contenedores urbanos y organizan campañas puntuales de recogida de ropa. Dentro de su cuerpo laboral cuenta con personas en riesgo de exclusión social que forman parte de la economía circular.

 

SI no se desea reciclar, algunas de las acciones que se pueden hacer es a través de donaciones, intercambios o préstamo. Sin embargo, una de las más popular y constantes es la transformación de prendas en nuevos usos, por ejemplo, un par de jeans que se vuelven una falda, o una camisa que sirve de bolso pequeño.

Celia Ojeda, coordinadora del Área de Consumo de Greenpeace en España, apuntó a una de las opciones más sencillas y algunas veces la más ignorada que consiste en preguntarse si realmente se necesita la prenda a comprar. “El pantalón más sostenible es el que ya tienes en el armario. Úsalo mucho, arréglalo, transfórmalo” señaló Ojeda, además enfatizó en la necesidad de que “hay que bajar el ritmo de producción y consumo”.

 

Redacción: Irene Acosta

Estudiante de Comunicación Social